¡Feliz día del trabajador!
Nuestra canción de la semana es “Devil In A New Dress” del funado Ye:
Y nuestro foco de la semana son dos demostraciones de crueldad tan estúpidas como representativas de la época.
Por supuesto, para que este newsletter sea enriquecedor - o al menos, tolerable, estas pésimas anécdotas están alojadas entre un compendio de conversaciones interesantes.
La próxima semana, vuelvo con un análisis en profundidad de un fenómeno que ya hintee en ediciones anteriores. Especialmente, en esta:
Gran momento para revisitarla - o echarle un ojo por primera vez, si sos nuevx por acá. Digo una obviedad: Uno de los grandes temas de la época es, por supuesto, el trabajo. Las condiciones en las que se da, quiénes tienen acceso a él, qué alternativas están surgiendo para quienes no pueden tener un empleo “convencional”, los sueños de un mundo sin trabajo y las propuestas distópicas en las que todo pasa a ser trabajo. Pero bueno, no quiero adelantarme.
Avancemos a lo que nos compete hoy.
🧢 Blue pills
Como plantee en la edición anterior de este newsletter, la “culture war” es una pantomima para que dos campos tomen posiciones cuyas connotaciones reales no entienden. Y, como hay postureo “anti-wokeness”, persiste un postureo “woke” cada vez más tone-deaf y antipático. No voy a mentirte, querido lector, no me gusta el gobierno argentino actual. En las elecciones del año pasado, tuvimos que elegir entre diversas opciones sub-par, y el pueblo argentino optó por un aceleracionismo entreguista en lo geopolítico y bizarro en lo discursivo.
Ahora bien, hoy Página 12 publicó una columna breve en la que un activista parecería condenar los chistes sobre la presunta homosexualidad de nuestro ministro de seguridad. Considerando la sección en la que estoy incluyendo este link, voy a permitirme cierta ambigüedad. Esta lectura vale la pena. Entre tanto postureo pedorro, la sentí matizada, humana y refrescante.
En otras noticias, al parecer los chinos son pésimos propagandistas.
👀 Hoffman glasses
De operación de content marketing a media company
En cierto punto, esta edición va a ser una serie de recomendaciones veladas para newsletters que suelo consumir. Uno de ellos, Simon Owens’s Media Newsletter hace poco cubrió los desafíos de construir una publicación de industria como estrategia de marketing. Siento que es una respetuosísima y necesaria avivada.
Doy un poco de contexto y sumo algunas observaciones propias:
La mayoría de las empresa de tecnología invierten en alguna clase de content marketing.
Algunas empresas son particularmente ambiciosas y deciden montar una operación de medios en toda ley (con branding y equipo editorial diferenciados) como estrategia de crecimiento.
Entonces, se dan cuenta de que el medio es un negocio completamente distinto, que no puede sustentarse completamente vendiendo máquinas de afeitar y/o llevando “tráfico calificado” que un equipo de ventas va a tener que laburar.
Muchas veces, Bloomberg se usa como caso de ejemplo para montar este tipo de operaciones obscenas, sin tener en cuenta qué vendía Bloomberg, a quiénes y en qué época - es decir o sea, montar una operación noticiosa era un development razonable para la empresa detrás de la terminal Bloomberg, pero no lo es para cualquier SaaS.
El modelo de startup as media company puede funcionar - pero hay que abordarlo con un approach sobrio y un plan de monetización acorde a la escala que se pretende. Si no, la “media company” se convierte en un centro de costos obsceno, cuya supervivencia está supeditada a los humores de Jerome Powell.
R1n’t
A pesar de ciertos desacuerdos políticos (i.e.: no es un hater crónico como yo), me cae extremadamente bien el compañero Marques Bronwlee, reseñador de consumer tech que hace poco fue públicamente fusilado por su reseña sobria del Humane Pin.
Doy un poco de contexto, para quienes tienen empleos socialmente útiles: El Humane Pin es un AI assistant en forma de pin. Es un dispositivo pequeño, con un diseño único y un modelo de interacción híbrido (voz/proyector con el que se interactúa mediante gestos). Es una criatura de la época que combina “AI” con “spatial computing”. Muy rico todo.
Por supuesto, el Humane Pin tiene las limitaciones de la tecnología que lo sustenta. Es decir o sea, si GPT-4 es unreliable, todo lo construído sobre GPT-4 va a ser unreliable también. Humane me entusiasma en cuanto innovación de hardware y dispositivo purpose-built, pero por $700 + $24/mes, deja mucho que desear. Doy un ejemplo pavo: No puede setear alarmas o enviar invitaciones de calendario, como uno esperaría que un asistente haga.
Ahora bien, ayer Marques reseñó otro dispositivo que me ha resultado prometedor: El Rabbit R1 de Teenage Engineering. El dipositivo adolesce de limitaciones similares a las del Humane Pin, pero con un hardware más conservador y un price point más amigable ($200, sin costos recurrentes).
De todas formas, el R1 es un MVP que no cumple con las expectativas que seteó. Es fiel a una tendencia de lanzar un producto insatisfactorio y dotarlo de sus features más prometedoras montandose sobre la validación inicial de un lanzamiento exitoso.
Esta tendencia se condice con modelos de producción y financiamiento que incentivan el lanzar un mínimo producto viable y emparcharlo sobre la marcha. Esto está correcto para software as a service - que puede ser emparchado sobre la marcha y evolucionar en función de la data de usuarios que el mismo producto colecta. Ahora bien, ¿Hardware? ¿Videojuegos? ¿Productos que demandan una inversión única y que requieren cierta pulcritud para no ser extremadamente frustrantes? No la veo.
Cyberpunk 2077 (uno de mis juegos preferidos de los últimos años), adolesció de lo mismo. Se retrasó un año - pero debería haberse retrasado dos. El lanzamiento apresurado llevó a review bombing, decepción generalizada, y una oleada de despidos. No importa si uno, como “builder”, entiende la presión y la necesidad de lanzar rápido - aunque compre una preventa o se suscriba a software “good enough”, el público general aún quiere pagar por productos terminados.
Ah, y por cierto: Dicen las malas lenguas que R1 es básicamente una app de Android en una carcasa de plástico. Interesante. Historia en desarrollo.
Links bidireccionales y la muerte de los hipervínculos
Hace unos días, encontré este ensayo sobre el sueño de internet como biblioteca infinita con “indexado asociativo” a fuerza de links bidireccionales. Es decir, con links que “se pegan” a aquello que linkean como referencias. Recuerdo que hace unos años, WordPress tenía algo del estilo. Básicamente, cuando alguien linkeaba a tu blog, se creaba un “ping” en forma de comentario, que podías aprobar o rechazar. Esos “pings” te permitían ver qué backlinks dentro de la WordPress-ósfera (?) cada uno de tus posts tenía.
Por supuesto, este sistema pronto fue abusado, y para los mid-2010s, el sistema de pings estaba prácticamente inactivo de facto.
El appealing de spamear links no sólo recae en la posibilidad de abrir puertas de acceso a contenido de baja calidad - Un backlink no es un mero “my pussy in bio”. Le pido ayuda al amiguito de ustedes:
Yo: Explicá en menos de 100 palabras qué es un backlink do-follow y por qué actores maliciosos abusarían de un sistema de links bidireccionales para mejorar su SEO.
ChatGPT: Un backlink do-follow es un enlace que permite a los motores de búsqueda seguirlo y transferir autoridad desde el sitio web de origen al sitio de destino. Este tipo de enlace es valorado para mejorar el posicionamiento SEO de una página, ya que indica un voto de confianza entre sitios. Actores maliciosos pueden abusar de un sistema de links bidireccionales al crear redes de enlaces no naturales o pagados entre sitios de baja calidad, para inflar artificialmente la autoridad de un sitio y mejorar su posicionamiento en los resultados de búsqueda, lo cual es considerado una práctica de manipulación y está penalizada por los motores de búsqueda.
Como lectura complementaria, sugiero echarle un ojo a “Journalism after the death of hyperlinks” de Matt Pearce:
Comparto dos highlights:
“Following hyperlinks in search of accurate information is annoying, inefficient and increasingly filled with scammy clutter. On the fenced-in internet of tomorrow, AI-powered portals controlled by a small handful of powerful international companies will treat us like stationary consumers who passively expect knowledge and content to come to us, not the other way around. (…) The fundamental media problem of the A.I.-driven future isn’t intellectual property; the fundamental media problem of the A.I.-driven future is work. Journalism as an action, not a product.”
Más sobre esto en un momento.
🐈⬛ Black pills
Prometí que esta edición incluiría dos ejemplos alevosos de gente siniestra haciendo cosas siniestras. Aquí van.
Gracias a Dios por el fentanilo
Voy a ser franco: Como toda persona de bien, confío selectivamente en los periodistas. Pero hace unos días, encontré una crónica en la que alguien contaba haber ido a la casa de Marc Anderssen para escucharlo arrojar una gema de crueldad pura. Cito sin traducir:
“I KNEW FROM THE NEW YORKER THAT ANDREESSEN had grown up in an impoverished agricultural small town in Wisconsin, and despised it. But I certainly was not prepared for his vituperation on the subject. He made it clear that people who chose not to leave such places deserved whatever impoverishment, cultural and political neglect, and alienation they suffered.
It’s a libertarian commonplace, a version of their pinched vision of why the market and only the market is the truly legitimate response to oppressive conditions on the job: If you don’t like it, you can leave. If you don’t, what you suffer is your own fault.
I brought up the ordinary comforts of kinship, friendship, craft, memory, legend, lore, skills passed down across generations, and other benefits that small towns provide: things that make human beings human beings. I pointed out that there must be something in the kind of places he grew up in worth preserving. I dared venture that it is always worth mourning when a venerable human community passes from the Earth; that maybe people are more than just figures finding their proper price on the balance sheet of life…
And that’s when the man in the castle with the seven fireplaces said it.
‘I’m glad there’s OxyContin and video games to keep those people quiet.’
I’m taking the liberty of putting it in quotation marks, though I can’t be sure those were his exact words. Marc, if you’re reading, feel free to get in touch and refresh my memory. Maybe he said ‘quiescent,’ or ‘docile,’ or maybe ‘powerless.’ Something, certainly, along those lines.
He was joking, sort of; but he was serious—definitely. ‘Kidding on the square,’ jokes like those are called. All that talk about human potential and morality, and this man afire to reorder life as we know it jokingly welcomes chemical enslavement of those he grew up with, for the sin of not being as clever and ambitious as he.”
¿Evidencia de que Andreessen tiró esta? ¿Que yo tenga? Nula. Ahora bien, ¿Es plausible? ¿Es congruente con sus declaraciones públicas? ¿Lo veo probable, considerando conversaciones que yo he tenido? ¿Esta sería una instancia de Andreessen diciendo “the quiet Yarvin part out loud”? 100%. Elijo creer, Scully.
Ver: “La Opción Virtual”
El hombre que mató a Google
Hace un rato, problematizaba a los hipervínculos (bidireccionales o no). No se pueden problematizar sin problematizar el SEO, y no se puede problematizar al SEO sin ahondar en el lamentable estado de los resultados de Google.
Ed Zitron escribió una historia breve de cómo los mejores cambios al algoritmo de Google se revirtieron para aplacar las demandas de la clase de managers profesionales y ex-McKinsey que tomaron control de la compañía.
Cito 5 observaciones clave:
“McKinsey is to the middle class what flesh-eating bacteria is to healthy tissue. (…) This is what I mean when I talk about the Rot Economy — the illogical, product-destroying mindset that turns the products you love into torturous, frustrating quasi-tools that require you to fight the company’s intentions to get the service you want. (…) Google is the ultimate essential piece of online infrastructure, just like power lines and water mains are in the physical realm.(…) Since Prabhakar took the reins in 2020, Google Search has dramatically declined, with the numerous ‘core‘ search updates allegedly made to improve the quality of results having an adverse effect, increasing the prevalence of spammy, search engine optimized content. (…) This is the result of taking technology out of the hands of real builders and handing it to managers at a time when ‘management’ is synonymous with ‘staying as far away from actual work as possible‘.”
Para la narrativa entera (y la polémica que le siguió), recomiendo echarle un ojo al artículo original.
🕊 White pills
El final de la era “extremadamente online”
Me gusta, entre tanta avidez de novedades, darle un espacio a cierta escatología - porque creo que cuando estamos soñando con el fin del mundo, en realidad estamos soñando sobre el final de internet.
Comparto esta lectura, junto a algunas citas interesantes:
“I am biased, I’ll admit that. I want the internet as it exists today to end. I think it needs to. I try my best to be objective and even-handed and yet behind every social, political, cultural and artistic issue that I ponder today I see The Internet in its current form, I see Web 2.0 (for lack of a better term) again and again and again as the culprit, as the determining factor. (…) Communities devolved into loose networks once we collectively opted to interface with our fellow humans almost exclusively via network effects driven social media apps. (…) serendipity and chance encounters become nigh on impossible. And such things are the cornerstones of a life well lived. (…) People will simply lose interest and walk away. Because the internet now is boring. People spend all day scrolling because they are trying to find what isn’t there anymore. The authenticity, the genuinely human moments, the fun. (…) Bots (and humans who have been reduced to the condition of automatons) churn out content which is then commented on and distributed by other bots while real life humans sit in the middle of this transaction, lurking, scrolling, bored out of their minds.”
Como sabrán quienes han estado por acá por un tiempo, y como delata cierto link que dejé hace un párrafo, estoy siguiendo esta línea de wishful thinking sobre la eventual liberación de la especie humana y su retorno a lo espontáneo, lo real y lo sensual.
Si tengo que bajar esto a mi praxis, diría que volvió lo secreto, lo genuinamente exclusivo y lo inclasificable. Por eso el mainstreaming de géneros como el analogue horror. Elite zoomers yearn to be confused - el resto va a abandonar la sala a los 15 minutos, pero no aportaban demasiado para comenzar.
Carta de amor no-correspondido a la CM de Letterboxd
Si internet sirve para algo más que operaciones militares y comercio, es para que lo improbable tome lugar. Esta semana, descubrí una entrevista a la social media manager que Letterboxd (marca que quiero mucho).
Básicamente, esta muchacha:
Fue contratada luego de que Letterboxd notara uno de los TikToks que hizo durante la pandemia.
Genuinamente sabe de cine.
Esta co-liderando una estrategia basada en generar material de calidad. Por ejemplo, entrevistas en red carpets.
Todo esto se corresponde con un modelo de internet que me gusta: Gente que sabe sobre lo que está hablando, obteniendo recursos y oportunidades para crear cosas interesantes. Chapeau, white pill, feliz día del trabajador.
Nos vemos la próxima semana,
Aaron
cada vez disfruto más el newsletter