¿Qué tal?
Espero que estés teniendo un gran sábado.
A nivel estructural, esta edición va a ser más bien desastrosa. Gracias por lidiar conmigo, sólo quiero cubrir mucho territorio sin resultar avasallante.
Honrando ciertas buenas prácticas de la escritura para internet - o como se le llamaba antes, “escritura comercial”, antes del cuerpo principal del texto, debo darte un “gancho” que despierte tu interés y sirva como justificativo para que decidas continuar leyendo en lugar de volver inmediatamente a TikTok.
Revelo el truco toscamente, como una suerte de mago enmascarado de la prosa, y te ruego, para que sigamos siendo amigos, que olvides esto que te dije de cara a textos futuros. ¿De qué poleas me estás hablando? ¡Estoy levitando!
Acá va:
Osho tenía razón en todo
Cada generación forja su propia espiritualidad, en función de:
La añoranza de una otredad (hay esperanza donde hay idealizaciones y se idealiza desde la ignorancia)
La ruptura con aquello que heredó
Su contexto
Las herramientas del amo (aquellas que, advirtió Audre Lorde, nunca derribarían la casa del amo)
Resulta obvio, pero lo aclaro igual: Ese sentido de espiritualidad - vaya casualidad, retroalimenta símbolos de status.
La generación de mis padres fue a buscarse en un orientalismo ecléctico criptonazi. Yoga, el arte de vivir - rescato a Ram Dass y a Osho, vos quizás tengas otros favoritos. La generación intermedia se piensa atea, pero busca un sentido de orden en el montaje de aparatos normativo-regulatorios de la vida privada.
Podríamos decir, metafóricamente o no, que lo que se buscaba yendose a Asia con guita del menemismo ahora se busca en departamentos de recursos humanos y divanes de psicoanalistas. La extravagancia narcisista de nuestros padres tiene como respuesta la burocratización de la afectividad, praxis de un vértigo que lo permea todo.
¿Cuál fue la respuesta Zoomer a esa afectación? Estar delulu.
Youth culture
Algo particularmente interesante sobre la “youth culture”, o “lo zoomer”, y que resulta pertinente ahora, es que no está restringido por límites etarios de una forma estricta. En lo que MØRNING llamó “polinización intergeneracional”, vemos un intercambio culturalmente fructífero (aunque esquizo, contradictorio) entre generaciones, siempre y cuando se establezca un código común. Este código común está compuesto por latiguillos ideológicos o idiomáticos que fortalecen un sentido de reconocimiento mutuo. Como comenté en una edición anterior: El meme es un ritual de TOC cultural.
Con esto quiero decir: Lo que llamo “Youth culture” no existe exclusivamente en un corte entre los, digamos, 14 y los 24 años. Se extiende más allá, reinterpreta lo millennial y lo cross-poliniza.
Noto ciertas tendencias espirituales o pseudo-espirituales asociadas a la cultura joven terminalmente online, que voy a enumerar y analizar brevemente a continuación. Por supuesto, estos análisis son recortes anecdóticos, que luego serán complementados por 4 anexos especulativos.
Dark enlightenment
La reversión zoomer del orientalismo criptonazi flojo de papeles de los GenXers es más nazi que cripto, y constituye la facción menos leída de un nicho de la derecha vernácula apodado “Dark Enlightenment”. A no confundirse con la “Intellectual Dark Web”, grift nauseabundo cuyo único legado es la photo-op más graciosa de la historia del New York Times:
Parcialmente sobre-teorización del resentimiento. Parcialmente hijo insano del libertarianismo de Silicon Valley. Revisibiliza a ciertos escritores de comienzos del Siglo XX (el superfascista Evola, por ejemplo) y hospeda a algunos contemporáneos interesantes (Nick Land y ese tal “Mencius Moebius” o como se llame). Profundiza, a su vez, en un vitalismo Nietzscheano entre tierno y demodé.
Buena fuente de referencias teórico-estéticas (twittean muchas fotos de chongos), crudo y peligroso en sus prescripciones para la vida política, inviable si se aplica a la vida privada.
Voy a puntuar cada tendencia, así es más divertido. La califación máxima son 5 Aarones por categoría.
Profundidad: 👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲
Praxis: 👨🏽🦲
Memética: 👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲 (le resté dos puntos por racialismo)
The eternal feminine
La primera vez que presencié este discurso (mediante las historias de Instagram de una conocida, por supuesto), me dio la impresión de que las mujeres habían enloquecido.
Bajo este título, refiero a la cosmovisión espiritista de que la constitución identitaria y las dinámicas sociales están regidas por energías inmutables y eternas, a las que uno puede acceder mediante meditación y performance. Platonismo sin platón. La idea de que uno tiene dentro suyo todo lo que necesita, estirada hasta el absurdo.
Lamentablemente, esta creencia funciona sobre cierto reduccionismo de género y sobre una idea infantil de cómo operan las microestructuras sociales. Básicamente, es una racionalización y sistematización del narcisismo histérico en el mejor de los casos, y de la crueldad en el peor.
Profundidad: 👨🏽🦲
Praxis: 👨🏽🦲
Memética: 👨🏽🦲
Manifestación
Voy a ser honesto: Esta es mi tendencia favorita. Consiste de una suerte de relectura de El Secreto, bajo la luz de la feminidad post-irónica. Oda al voluntarismo y a tener una relación fetichista con ciertos alimentos de moda. La “manifestación” consiste de forjar rituales de autoconvencimiento en función de un objetivo. Su creencia fundacional es que el éxito se alcanza siendo “delusional”/”delulu” (delirante).
Entonces, el delirio se convierte en un item de una rutina de auto-cuidado. Adyacente a la estética de “clean girl”, es la versión virtuosa de la manipulación energética. Ahora bien, cuando ambos proto-sistemas de creencias se combinan en una persona, forman una capa de esoterismo flojo de papeles muy a tono con el “Kali Yuga” que denuncian los nuevos pseudo-orientalistas.
“Proto”, “pseudo” - notarás que en internet todo está crudo, todo es flojo de papeles, y poco va más allá de las apariencias. Como fuese, avanzo hacia una breve reivindicación de Julia Fox:
Mediante autoafirmaciones y “estar delulu”, hacen lo que los muchachos del Dark Enlightenment aspiran a lograr vía memes e hiperstición.
Profundidad: 👨🏽🦲👨🏽🦲
Praxis: 👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲
Memética: 👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲
Tradcath
No entiendo por qué elegí una imagen sublime para representar algo que es poco más que un fetiche ligeramente camuflado. Las tendencias anteriores consisten de:
El consumo sistemático de teoría político-filosófica oscura
Un marco de referencia de las relaciones románticas que sólo funciona si crees todo lo que ves en TikTok
La ética protestante hecha smoothie viral
Los “tradcaths” larpean tradicionalismo católico mediante una reinvindicación discursiva de la familia tradicional y de las instituciones. A nivel local, esta tendencia se manifestó en el ya vaciado “Dios, patria y familia”.
Para el tradcath promedio, el rótulo es meramente un skin, un personaje que decide interpretar en Twitter - o en otra red social de preferencia. El tradwifeismo es una categoría propaganda de clase impracticable para la mayoría de la población - ¿Cuánta gente en edad fértil conoces que puede comprar un chalet americano y apoyar económicamente a una persona que sólo se dedica a hacer Oreos desde cero y dar a luz?
Los muchachos del Dark Enlightenment creen que son caballeros templarios. Las chicas de las energías creen que son Lana Del Rey. Las que manifiestan creen ser Bella Hadid. Y los tradicionalistas católicos pretenden que quedarse ideológicamente cautivos en el año 1955 va a cambiar sus condiciones materiales por arte de magia. Domados, domados por la circulación de tres fuerzas eternas: El combustible, el Capital y el Islam.
Y para peor, son sedevacantistas. Dejemoslo acá.
Profundidad: 👨🏽🦲
Praxis: 👨🏽🦲👨🏽🦲👨🏽🦲
Memética: 👨🏽🦲👨🏽🦲 (empezó bien, pero ahora están jugando a Los Sims con Wojaks - no da)
Evangeli$mo
Tengo la hipótesis de que el ecosistema de cursos de emprendedorismo, trading y estafas Ponzi que está diezmando a nuestros jóvenes va a tener como consecuencia una mayor avanzada del evangelismo en Argentina.
Predigo esta pipeline: Autoexplotación con ínfulas empresariales → Cocaína → Evangelismo
Fenómenos que funcionan como antecedentes:
Vínculos estético-discursivos entre Leonardo Cositorto y el evangelismo
Vínculos discursivo-territoriales entre el “coaching ontológico”, el ethos emprendedor y el evangelismo
Por supuesto, este es el tipo de proceso que tomaría años, no pretendas refutarme en seis meses. El hecho de que sea una fórmula vieja como el tiempo eleva las probabilidades de que esté en lo correcto. Habría una forma de prevenir el cumplimiento de esta profecía, y es suscribirse a este newsletter.
Bromeo, la mejor forma de prevenir este avance sería abrir la Iglesia Católica a las problemáticas del presente, como nos pide El Papa Francisco, a quien odian porque ha decidido honrar las enseñanzas de Jesucristo, en lugar de hacer declaraciones a la prensa con el tono de Tipito Enojado.
Profundidad: 👨🏽🦲
Praxis: 👨🏽🦲
Memética: 👨🏽🦲
Anexo I: El capitalismo como ritual satánico
Hace unas noches, estaba en un bar con una amiga y se me ocurrió compartirle un yeite teórico con el que me he estado entreteniendo desde hace unos días. Le comenté, más o menos:
“El capitalismo es un ritual satánico a escala global, cuyo fin último es la reproducción del capital. Pero requiere un compromiso espiritual, identitario y kármico tan profundo y tan sincero, que obviamente es satánico. Es la inversión del pentagrama, el espíritu al servicio de la materia.”
Ella se mantuvo en silencio un momento y luego me preguntó:
“¿Vos pensaste en esto antes de estar drogado y borracho?”
Cualquier búsqueda espiritual va a tener como telón de fondo (si no como marco) el estilo de capitalismo que caracteriza nuestra época — desterritorializado, vectorialista, y algunos sintetizarían, “neoliberal”. Esto genera zonas de choque donde la espiritualidad entra en conflicto con las condiciones materiales.
En el dark enlightenment, se sufre por la pérdida de las grandes narrativas y de aquellos que se envuelven en ellas para construírse como grandes hombres. Por eso se busca desesperadamente un César en un heredero-celebridad o en un panelista con problemas de regulación emocional.
Las chicas que creen que pueden resolver su vida “buscando la feminidad eterna que tienen dentro” necesitan un sistema ordenador de las relaciones sociales, una idea de “lo correcto”, que no debe estar ordenada por una religión (son opresivas), pero que tampoco puede ser racional o auditable. Las energías son lo que sea que me de la gana, y me dan un marco a medida para racionalizar mis frustraciones sin las fricciones de una introspección genuina. Para peor, calza perfectamente en una concepción transaccional de las relaciones.
De todo este cóctel, la manifestación me parece lo más cercano a la virtud. Y digo esto a pesar de su potencial (y frecuente) overlap con un materialismo ciego - o una escasez desesperante, donde sólo se desea más dinero. En cierto punto, es la versión más femenina y autocompasiva de la hustle culture proto-evangelista. No me opongo completamente - sólo es necesario recordar que hay algo más.
Anexo II: El rostro impide matar
Hace unas semanas, leí un tweet larguísimo y que ahora no encuentro, comentando sobre este meme:
Básicamente, plantea (jocosa o medicablemente) que el internet es un loophole del pacto del Rey Salomón con los demonios, pacto que protege a la humanidad de intervención demoníaca explícita. Este tuit, quizás borrado, quizás soñado; planteaba que más allá de una reversión mística de la teoría del internet muerto, podríamos considerar al internet en su forma actual como un invento demoníaco porque habilita un grado de crueldad cotidiana sin precedentes. Esta crueldad es posible porque uno no ve los rostros de sus destinatarios. El rostro genera empatía, el rostro impide matar.
Podemos añadir a este hilo la idea de que los algoritmos de redes sociales son herramientas para hacer “trabajo de sombra” Jungeano. Las recomendaciones algorítmicas son una curación de aquello que uno quiere ver - aunque no lo acepte como tal. Entonces, pasamos buena parte de nuestros días cobijados por nuestros fantasmas, ejerciendo microviolencias contra gente que no está ahí. Esto estructura nuestra vida espiritual de formas insidiosas.
Anexo III: Singularidad
He estado demasiado tiempo sin discutir lo único que parece estar sucediendo en tech. Básicamente, desde hace varios quarters nos estamos convenciendo de que existe una otredad en teclados predictivos. Lo interesante de ese autoengaño es que profundiza en la satisfacción de una necesidad que se ha democratizado: La necesidad de que a uno lo sirvan en cualquier momento, lo más rápido posible.
Lo que fascina a la C-suite sobre ChatGPT no es que pueda ser percibido como un par (aunque, en algunos casos, lo sea en términos cognitivos). Lo que seduce es su disponibilidad constante, su eficiencia (relativa, entrecerrando los ojos) combinada con su incapacidad de decir que no.
Anexo IV: Oficinas vacías - pt.2
Hace unos días, una startup llamada Lattice anunció que va a darle beneficios laborales a sus “AI workers”. También llamados “agentes autónomos”, estas herramientas consisten de sistemas capaces de acciones autónomas dentro de una serie de parámetros. Básicamente, son bots.
Este anuncio existe en un contexto de creciente entusiasmo ante la posibilidad de operar startups sin empleados reales - sólo un fundador/”ideas guy” y un montón de bots. Por supuesto, el bajo costo de este tipo de estructura resulta un incentivo. Pero creo que lo que vuelve más seductora esta promesa es que permitiría ser un tirano sin el costo moral de ser un tirano. Un bot no duerme, no come, no tiene un mal día, no se enferma, no tiene problemas personales.
El deseo de reemplazar a la fuerza de trabajo íntegramente con bots es:
Una traición de la promesa mucho más políticamente correcta de la IA como mera herramienta.
La consecuencia de una clase de mediadores y gestores que creen que el ejecutor no genera valor agregado más allá de sus entregables finales. Una línea de código es una línea de código es una línea de código. Cualquier toque, iteración, reinterpretación o preferencia personal es una molestia. El criterio es un prompt. Las reglas no necesitan ser interpretadas.
Todo aquello que nos acerca a Dios se percibe como un estorbo.
Antes de que me olvide: La canción de la semana es “Everybody’s Gotta Live” de Love.
Nos vemos en unos días,
Aaron
leerte es un baño de humildad intelectual para mí, tus textos son una bibliografía saturadísima de conceptos que ni conocía y que tengo que ponerme a investigar, empiezo a ramificar y sigo y sigo