Se viene
Sobre los mosaicos de clips de TikTok, billonarios morales & el fin de internet. Feat: El Partido Comunista Chino.
¿Qué tal?
Espero que estés teniendo una buena semana.
Tenemos mucho territorio que cubrir, así que voy a escatimar en introducciones.
La canción de la semana es “Naked City“ de Glass Candy:
Podes encontrar canciones de semanas anteriores en esta playlist.
Blue pills
Billonarios buenos
Esta semana, encontré este artículo de Every sobre la posible existencia de billonarios que sean estandartes morales. Es un documento de época muy interesante, y que se condice con ciertas necesidades emocionales que detecté en artículos anteriores (incluyendo este y este). No problematizo la idea de un billonario moralmente ejemplar, si no el estándar fijado y dónde se realiza esta búsqueda.
Nalgas prohibidas
Hace poco, leí sobre el potencial retorno de publicidad sexista al mainstream. Especialmente, a la vía pública. Uno de los ejemplos citados en este artículo, que he perdido, es una publicidad de un estudio de yoga australiano, que fue encontrada en infracción por el panel comunitario de estándares publicitarios. El reporte no tiene desperdicio.
Mi honesta reacción:
Black pills
Me encanta el newsletter de Slavoj Zizek. En una de sus ediciones más recientes, tira una seguidilla de verdades sobre geopolítica, capital y construcción de narrativas imperdible.
Cito sin traducir:
El partido comunista chino y el capital internacional
“The only serious interlocutor of the Communist Party of China is big international capital. State leader Xi Jinping not only complies with international capitalist forces, but is willing to change segments of his politics to appease them. This question concerns him greatly: will Western investments continue to passively participate in Chinese markets, or will they find a better domain for their profitable enrichments? (…) There is, however, a limit to such a vulgar economist approach: at the end of this road, we will be told that the Nazis did the holocaust in order to boost the profits of IG Farben which was making the gasses to kill the Jews”
Dinámica cómica en la confesión de crímenes de guerra
“When confronted with something really impossible to justify, the reply is (…) nobody is perfect, such things happen in every war… (plus they try to turn this confession into an advantage: you see, we are better than our enemies, we admit our mistakes). (…) the paradox today is that we live in a crazy time in which authentic belief can be displayed only through humor (…) When a logic that otherwise characterizes jokes is used in legitimizing mass killing, things get so crazy that plain rational argumentation no longer really works – in such conditions, only sarcastic humor works. (…) it reveals the absurd comic dimension of our social reality itself, which is why in our reaction to it laughter is mixed with deep anxiety.”
El detector de IA de Paul Graham
Comedias de comedias se han escrito sobre quienes generan problemas para luego resolverlos. Algunos dirán que la bota le queda a los políticos, otros que ese es el oficio de los consultores, o la estafa que justifica la existencia de los middle managers.
Algo es indudable: Buena parte del nicho de las IAs generativas parecería funcionar bajo esa lógica.
“Qué bueno, este mail escrito por ChatGPT es indistinguible de uno escrito por un humano - ¡Qué desgracia! Este mail escrito por ChatGPT es indistiguible de uno escrito por un humano.”
Hace unos días, Paul Graham comentó en Twitter que rechazó a un founder porque el mensaje que le escribió incluía la palabra “delve”, según Graham, signo inequívoco de que el mensaje fue escrito con ChatGPT.
Como comenté anteriormente, veo un uso de ChatGPT mucho más irresponsable de parte de la C-suite que de parte de freelancers cagados de hambre. Especialmente, por lo que está en juego en cada caso.
Si quien tiene la manija en una situación de poder usa ChatGPT para escribir mails, está optimizando su tiempo implementando machine learning, de manera tal que puede generar mayor valor para los stakeholders delegando tareas de vajo impacto. Si el que está del otro lado del mostrador usa ChatGPT, está siendo poco profesional y deshonesto. Deberías escribir a mano cada uno de los mails en frío que vas a mandarle a los 100 VCs que scouteaste - y deberían estar 100% personalizados, mostrando que investigaste. Lo escuchaste en podcasts, conectaste en LinkedIn, likeaste sus opiniones políticas crudas en Twitter, leíste sus blog posts escritos con ChatGPT…
Menos mal que estabamos democratizando. Me quedo más tranquilo.
Hoffman glasses
Predicción realizada
El año pasado, comenté que la cigarette aesthetic adoptada por perfiles de ultraderecha alrededor de internet era parte de una campaña para forjar una nueva generación de adictos a la nicotina.
Hoy, vemos a los pouches orales de nicotina como un producto favorito de la post-alt-right.
Conclusión: Entender de política y saber weaponizar posturas es una habilidad esencial para los publicistas. Ahora, más que nunca. Gracias Identity Politics por facilitarme el laburo.
HARDER, FASTER, STRONGER
Hace poco, en un trend report que suelo consumir, encontré algunas observaciones interesantes sobre el “sludge” de TikTok. Es decir, sobre esos videos-mosaicos que combinan clips de Padre de Familia, clips de ASMR, y fragmentos de videojuegos.
¿Por qué este contenido esquizo es tan popular? Porque el contenido unitario es tan underwhelming, tan aburrido, tan soso, que necesitas consumir packs de material para poder sentir algo. Me recuerda a “Pulp of Youth” de The Growlers, que empieza con las líneas “the pop don’t sound the same no more / when I pull the cork”, refiriendose, por supuesto, a una botella de champagne.
¿Mi respuesta a este aburrimiento que nos lleva a sobreestimularnos con cocktails de basura? Contenido más intenso, por supuesto. Los pornógrafos lo hacen, ¿Por qué no puede hacerlo la gente normal?
Quiero arte complicado, intenso, violento y difícil de entender.
Buenas películas que clipear para TikTok:
Posession (Dir. Żuławski)
The House that Jack Built (Dir. Von Trier)
Funny Games (Dir. Haneke)
The Viewing (Dir. Cosmatos)
Algo gracioso: Todos estos films son relativamente recientes o extensamente memeados. Queremos arte complicado, cuando no estamos fingiendo no existir en TikTok, estamos desarrollando actividades cotidianas con un podcast de True Crime de fondo.
OpenAI crawlea un sitio basura 3 millones de veces por día
Según un reporte de 404Media, un tipo creó un sitio basura que constiste de 6.5M de subdominios dedicados a nombres aleatorios. El sitio carece de contenido, pero es rico en interlinks. Poniendolo en términos muy básicos, las “arañas” que crawlean el contenido que entrena a nuestras “IAs” están perdiendose en laberintos de contenido basura.
El proyecto sobre el que reporta 404 fue creado intencionalmente para exponer este problema. Pero una buena porción de la web “legítima” es prácticamente indistinguible en términos de calidad e higiene.
White pills
Dumb phones
Visibilizo mi alineamiento: Escéptico sobre las IAs, escéptico sobre la nicotina, pro-nalgas, pro-”dumb phones”.
He dedicado buena parte de las ediciones anteriores a celebrar la aparición de dispositivos diseñados para un uso específico. Esta especificidad me satisface como diseñador - un dispositivo diseñado especialmente para, por ejemplo, escuchar música debería gozar de features que lo vuelvan particularmente competitivo para ese próposito. Pero también me agrada porque me recuerda a una época en la que internet era:
Un lugar específico
Un lugar al que recurrías con una agenda específica
Hoy, con excepciones cada vez más preciosas, internet es donde realmente estamos cuando estamos en cualquier lado. Sea donde sea, estoy en internet.
Hace una semana, The New Yorker reportó sobre “el boom” de los dumb phones. Esta tendencia:
Viene cocinandose desde hace años.
Se corresponde con un movimiento pro-“wellness” que hace carne en los zoomers.
Además, esta tendencia es prometedora, considerando que el estar offline está en camino a convertirse en un signo de status. Las redes sociales son necesariamente de acceso público y están plagadas de contenido de mala calidad. Offline es caro.
En este punto, alguien podría proponer la existencia de alguna suerte de red social HBO - una red social exclusiva. Pero experiementos de esa índole, a escala, han fracasado.
Parte del juego narcisista de las redes sociales involucra que te vean, y tener una potencialmente ilimitada capacidad de influencia. El “dark forest” de comunidades cerradas en las que la gente se refugia cuando internet se llena de bots y estafadores es tan impredecible y espontánea como los grupos de pertenencia IRL. Si el fee es lo suficientemente alto, defaultea a offline.
The internet is already over
Parafraseando a cierto gastado académico inglés, “es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin de internet.” Y sé que va a sonar raro, pero soy pro-tech sin ser pro-internet-en-todas-las-cosas. Creo que deberíamos usar internet un poco menos.
Pero internet como lugar donde estar por default tiene fecha de vencimiento. O al menos eso arguye uno de los mejores ensayos que leí este año.
Cito sin traducir:
“The things that will survive are the things that are already in some sense endless. The sea; the night; the word. Things with deep fathoms of darkness in them. The internet will not survive. (…) The internet has enabled us to live, for the first time, entirely apart from other people. It replaces everything good in life with a low-resolution simulation (…) People will cheerfully admit that the internet has destroyed their attention spans, but what it’s really done away with is your ability to think (…) there’s a little Joycean warbling from the back of my brain. ‘Boredom is the dream bird that broods the egg of experience.’ (…) I’ve tried heroin: this is worse. More numb, more blank, more nowhere. A portable suicide booth; a device for turning off your entire existence. Death is no longer waiting for you at the far end of life. It eats away at your short span from the inside out. (…) [the internet is handy if you need to multiply two big numbers together, but so lifeless, so sexless, so grey synthetic glassy bugeyed spreadsheet plastic drab. (…) Everything that depends on the internet for its propagation will die. What survives will survive in conditions of low transparency, in the sensuous murk proper to human life. (…) The online economy is an energy sink; it’s only survived this far as a parasite, in the bowels of something else. (…) Your frictionless digital future, your very important culture wars, your entire sense of self—it’s just a waste byproduct of the perfectly ordinary, centuries-old global circulation of fuel, capital, and Islam. (…) Whatever wokeness was, as of 2022 it’s so utterly burned out as a cultural force that anyone still grousing about it 24/7 is a guaranteed hack. (…) If anything interesting ever happens again, it will not be online. You will not get it delivered to your inbox. It will not have a podcast. This machine has never produced anything of note, and it never will. (…) I’m interested in the forms of writing that were here long before the internet, and which will be here long after it’s gone. Not thinkpieces or blogs, but the essay, the manifesto, the satyr, and the screed. Ludibria, pseudepigrapha, quodlibets. Or folktales. Prophecy. Dreams.”
Quiero hypear este sueño escatológico.
Hasta la próxima semana,
Aaron
Idea para una sitcom: el essay de sam kriss se muda a una gran ciudad y tiene que compartir casa con las opiniones de Charlie del artículo de "I don't want to be an internet person".
Hilarity ensues.