¿Cuál va a ser el streaming de 2025?
Intentando predecir la próxima fábrica de celebridades B-list.
Feliz domingo,
Mi canción del día es “Drugs in my body” de Thieves Like Us:
¿Qué fue el streaming?
Al menos a escala local (nacional), si tuviera que entronar un formato como estandarte del año 2024, este formato sería el talk show/panel en streaming. Es decir, la transmisión en vivo, por internet, de una conversación entre dos o más personas. Por lo general, estos programas ganaban diversidad y atraían nuevas audiencias mediante sus invitados, convirtiendose en programas de entrevistas y utilizando como dispositivo de promoción “el clip” - es decir, un fragmento corto de algún programa, seleccionado por su capacidad de polemizar, y así, viralizarse.
Llegado este punto, no estoy explicando nada que usted, querido/a lector/a no haya podido percibir por su cuenta, simplemente por haber sido un adulto joven argentino activo en Twitter durante los últimos 16 meses.
Como fuese, en este incipiente 2025 me pregunto qué formato reemplazará al stream en el futuro cercano. Pienso en la suplantación del streaming por otro formato, ya que creo, para ponerlo en un anglicismo simpático, que “we’ve reached peak streaming”.
Esta declaración me obliga a afrontar dos preguntas:
¿Por qué siento que el stream está en retirada?
¿Qué espacio le asigno al formato? Es decir, ¿Qué espacio creo que va a quedar vacante?
Don’t dream it’s over
Actualmente, la oferta de streaming argentina se divide en cuatro:
Futbolismo marginal
Post-progresismo para normies
Libertarianismo gamer
Tardokirchnerismo pretencioso
Quienes hacen futbolismo marginal disfrutan de la inimputabilidad de quien, con todas sus falencias, está ubicado en el mapa. No pretenden salvarle la vida a nadie, no ponen cara de circunstancia, no pretenden “elevar la conversación”, se entregan al espectáculo.
Quienes se ubican en cualquiera de las otras tres categorías, suelen sufrir de una disforia atroz. Nadie va a admitir dónde está ubicado y a todos les gustaría estar en otro lado. El libertario cree que tiene la simpatía barrial del futbolismo marginal. El tardokirchnerista cree que está haciendo una versión mejorada del post-progresismo para normies. El que hace post-progresismo para normies cree que está haciendo Saturday Night Live.
Esta oferta, predominantemente politizada y con una media de calidad bajísima, satura un mercado con un techo también bajo. El mercado es chico, básicamente, por tres grandes razones:
Argentina es un país culturalmente precarizado, con una clase media en contracción y una clase trabajadora pauperizada, con poco tiempo libre y un capital cultural en pisos históricos.
Los algoritmos de los que dependen estos medios para su distribución son mucho más caprichosos de lo que nos gustaría admitir.
Estos medios tienen una incapacidad crónica de internacionalizarse.
El mercado normie ya está cooptado por dos titanes - hay un duopolio: LuzuTV y Olga. LuzuTV acumula casi 2 millones de suscriptores en YouTube. Olga se eleva por sobre el millón. Blender, la tercera plataforma más prominente en este nicho, no llega al medio millón de suscriptores. Carajo, su hermano libertario, tiene c.200 mil suscripciones. Eva TV (por nombrar a una plataforma abiertamente peronista además de Blender), apenas supera las 23 mil suscripciones.
Comparación quizás cruel, pero necesaria: No Jumper, podcast gringo que hace de la marginalidad su bandera, acumula casi 5 millones de suscriptores en YouTube.
El mercado es chico y buena parte de la oferta ya está tomada por medios:
Que llegaron temprano. Véase Luzu.
Excelentemente financiados. Véase Blender.
Con lazos bien aceitados con “los medios tradicionales”. Estos lazos les permiten superar los caprichos del algoritmo, haciendose de vías de distribución convencionales, mejores invitados y mejores sponsors. Véase Olga.
Esto no impide que ingresen nuevos actores al segmento, al contrario. El éxito de estas marcas puede ser leído como evidencia de que hay potencial en este mercado. Pero hacer este diagnóstico y luego invertir en una nueva marca es un curso de acción errado. La tendencia siempre nos muestra el pasado, no el futuro.
Quien pretenda ingresar al mercado hoy, con capital considerable y expectativas de masividad va a perder. En mercados saturados, nuestra mejor esperanza es la de una audiencia pequeña pero de alto engagement. Y esta audiencia debería ser monetizada mediante la venta directa de algún producto - el contenido es entonces marketing de contenidos.
Con esta lectura en mente, hace sentido que todos los nuevos streams sean fuertemente políticos. Es marketing de contenidos para un partido/un candidato, no necesita ser comercialmente viable, ya tiene su financiamiento resuelto.
Como dije en “24 cosas que aprendí en 2024”, el único diagnóstico que fracasa el 100% de las veces es el que apunta que todo va a seguir igual. Entonces, me veo obligado a preguntar: ¿Quién va a ser el próximo Luzu? ¿Cuál va a ser el primer first-mover local de un nuevo formato? Y, más interesante aún, ¿Cómo se va a ver ese nuevo formato?
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