Hace unos meses, usé este espacio para compartir un post-mortem de Nada Respetable. Este post sirvió tambien como anuncio de un cierre definitivo de la publicación.
Hoy, me veo contradiciendome (así somos los visionarios, supongo), y rebrandeando este espacio como “Nada Respetable”. A su vez, en las próximas semanas estaremos lanzando un podcast, en colaboración con una plataforma hermana.
Por el momento, sólo les dejo un análisis que explica la misión de Nada Respetable en esta nueva etapa:
Mi canción de la semana es “Carl Sagan” de Night Moves:
Empecemos.
🖲 Blue Pills
Internet “people”
Hace poco, encontré un artículo de Palladium Magazine sobre “internet people” y sus problemas de autopercepción. Más específicamente, el artículo trata sobre el meme de Milady y la pseudo-filosofía de sus creadores.
Fiel a cierto estilo de periodismo que aborrezco, el artículo pasa más tiempo compilando observaciones superficiales de la autora que desarrollando una investigación seria. Estas observaciones giran alrededor de un descubrimiento único e imposible de prever: Internet es un lugar donde gente con habilidades sociales limitadas pretende que existe.
De todas formas, el post es un buen puntapié para entender ciertos fenómenos que exceden a Milady. Especialmente, la subversión de la relación un usuario = una persona. El principal entrevistado vive en un mundo en el que ya no importa quién está detrás de una cuenta. Sock puppets se relacionan entre sí, tejiendo narrativas y conspiretas. Un caudal presuntamente descentralizado de schizoposting con tintes reaccionarios. Si los tomás en serio, perdés.
Esta idea de que no importa la identidad detrás de una cuenta y es legítimo tener sock puppets es extremadamente útil para quienes quieran manufacturar consensos y hacer astroturfing. Esto puede incluír a actores lúdicos, privados, y bienintencionados, pero también a actores estatales y/o maliciosos.
Véase:
La imposibilidad de detectar si alguien es un servicio o un bot es una consecuencia natural de un internet pseudónimo/anónimo. Es el precio de la libertad. La alternativa es un sistema de crédito social chino, o lo que sea que Worldcoin quiere hacer.
Se comprende que quienes quieren una internet de facefags, para robarle un término de BAP, tienen una agenda siniestra. Ahora bien, quienes plantean como liberador a un internet de pseudónimos plantean como utópica la ignorancia sobre quién es tu interlocutor. Y a baja confianza, altos costos de transacción. Este costo no tiene por qué ser monetario.
La dicotomía “todos deberían firmar con su nombre, apellido y DNI cada tweet” vs. “no importa si estás hablando con un niño, un finés o un perro” le sirve a gente que ganaría en cualquier caso.
Léase mi predicción sobre jardines digitales cerrados.
🕊 White Pills
Hardware
Ya escribí ríos de tinta sobre el hecho de que estoy bullish sobre el hardware. Desde servers y chips hasta interfaces físicas para procesos específicos.
Uno de mis últimos hallazgos es una colaboración entre Modem y Panter&Tourron, llamado Terra. Terra es un dispositivo AI-powered para exploración urbana.
A diferencia de otros productos interesantes, como el Rabbit R1 de Teenage Engineering o las diversas botoneras que crean y comercializan estudios indie, Terra es open-source.
De a poco, en un intento de escapar de smartphones invasivos y de la expectativa de conexión permanente, estamos reanudando el diseño de nuevos dispositivos, para fines específicos.
Shoutout a Ye, siempre temprano y aún así, siempre equivocado.
🏴 Black Pills
Pussy in bio
Si frecuentas el sitio anteriormente conocido como Twitter, probablemente hayas sido bombardeado por bots que anuncian que su vagina (“my pussy”) está disponible en su bio (“in bio”).
Un periodista de NY Mag siguió un link sugerente, y todos los links que le siguieron, y encontró que la mayoría de estos bots tienen como fin último que los usuarios se registren en sitios de citas fraudulentos.
Básicamente, estos sitios le cobran a sus usuarios por tener interacciones con “mujeres candentes en su zona” (o algo por el estilo). Este cobro consiste de un fee por cada mensaje recibido. Spoiler: La mayoría de estos mensajes provienen de operadores, algunos de ellos son mujeres - pero, ¿Candentes? Lo dudo.
El coito nunca se concreta, pero sí se concretan cargos obscenos a las tarjetas de crédito de los usuarios.
Si haz visto tus replies plagadas de bots calientes, probablemente te hayas preguntado si alguien es lo suficientemente estúpido como para caer en eso. Cito a Robin Williams:
“Dios le da al hombre un cerebro y un pene y suficiente sangre para que solo funcione uno a la vez.”
Incluso en casos en los que Dios no es tan generoso (🏳️⚧️), el problema persiste: El impulso libidinal es muy fuerte, y aquellos que no son particularmente tech-savvy pueden permitirse creer, por un momento, que rebecca_3902435 es una mujer hermosa pero solitaria, que intenta alcanzarlos en una búsqueda desesperada por compañía.
Las mismas pasiones tristes que empujan al límite la tarjeta de tu tío de 65 años, son las que llevan a pibes más jovenes a comprar acceso a OnlyFans, o a pasar horas creando deepfakes pornográficos.
Me puse a llorar por Grape-kun y después me di cuenta de que lloraba por mí.
😎 Hoffman Lenses
“Sí, sí, vos invertí que después tomo la pastilla”
Hace unos días, leí un sinceramiento publicado en Business Insider. Básicamente, muchas compañías están sobrerrepresentando el impacto que las IAs están teniendo en sus procesos y productos. ¡Paren las rotativas!
Traduzco y comento algunos fragmentos interesantes:
"Quizás todo esto sea exageración y esté condenado a seguir el camino del metaverso. En medio de todas las incógnitas que rodean a la inteligencia artificial, una cosa es cierta: casi todo el mundo está mintiendo un poco al respecto.”
Les voy a adeudar un deep-dive en el metaverso por un buen tiempo. Pero los parelismos son espantosos, y motivaron aquella sección del manifiesto titulada “El futuro es ahora”.
“El 36% de las empresas del S&P 500 mencionaron la IA en sus earning calls del cuarto trimestre, un récord. Las empresas acababan de asistir al pequeño evento AI Woodstock de Nvidia (una conferencia de IA de cuatro días celebrada en un estadio en San José, California) con la esperanza de obtener un halo simplemente por estar en presencia del fabricante de chips. (...) Si bien la industria de los semiconductores está experimentando una enorme demanda en el lado de la infraestructura para IAs, no todas las empresas son iguales. Empresas como Nvidia, AMD y Broadcom son grandes ganadoras, pero también hay otras ‘que quieren ser parte de la historia’, dice Angelo Zino, analista senior de la industria en CFRA Research. (...) Recientemente me encontré conversando con una ejecutiva de un banco que promocionaba los esfuerzos de su empresa en materia de IA generativa. Cuando presioné para saber de qué estaba hablando, pensando que era algo importante, me dijo que estaban descubriendo cómo usar la IA para ayudar a los representantes en los call centers a buscar información. Probablemente eso sea bueno para los empleados más nuevos que están tratando de acostumbrarse a las cosas. Sin embargo, no cambia las reglas del juego.”
Esta necesidad de pegarse al hype de las IAs es particularmente visible y alevosa en dos sectores:
Startups que están sufriendo feature-itis, entonces tienen que shippear todo el tiempo futures nuevas a pesar de que esas features desfiguren al producto y lo alejen de su ICP.
Compañías que tienen que venderse como vanguardistas e innovadoras. La vanguardia no es la moda, es lo que sucede más allá de la moda. Pero ir más allá de la moda significa predecir el futuro, y predecir el futuro es riesgoso si uno no entiende a las fuerzas que lo forjan.
Las compañías en el primer campo simplemente lanzan features de relativo impacto, que molestan, frustran, o simplemente dan lo mismo. Puedo contar con los dedos de una mano las features con “inteligencia artificial” que están haciendo una diferencia para mí al día de hoy. La única que se me viene a la mente es la nueva posibilidad que te da Notion de charlar con la documentación.
Las compañías en el segundo campo son altamente propensas a mandarse cagadas. He visto uso muchísimo más irresponsable de las IAs de parte CXOs, que de parte de freelancers cagados de hambre.
Un experto en SEO puede usar IA generativa para hacer un “SEO heist”, pero no va a usar a una IA como consultor para decisiones legales o financieras.
Branding
Uno de los preceptos fundamentales del manifiesto es que el discurso en tech hoy es superficial, cortoplacista y tendiente a la deshonestidad intelectual.
Esto es particularmente cierto en marketing. Uno lee material, incluso para una audiencia profesionalizada, y se encuentra con una enumeración de tácticas y tendencias, sin un análisis profundo o perenne. Entonces, terminamos llamandole “estrategia” a un Frankenstein de carouseles de LinkedIn, que sugieren diversos yeites.
Me gusta mucho más leer lo que tienen para decir quienes trabajan en moda. En particular, lo que tienen para decir sobre branding. Entendieron que son actores culturales y que el carácter ornamental y subjetivo de lo que prometen es un desafío discursivo y espiritual.
Especialmente en software, parecería ser tabú admitir que los usuarios son personas y que, como tales, tienden a tomar decisiones emocionales. Los muchachos de la industria de la moda lo entienden, entonces, hablan de “universos creativos”, de construcción de identidad, y de anhelos de la época. En tech, nos negamos a eso y hablamos de features and benefits, como si adoptar una nueva herramienta no fuese meterse en un berenjenal, y como si ante un problema, la primera reacción de uno fuese salir al mercado a buscar una solución, con ganas de comparar vendors y gastar dinero. Lo he visto en empresas grandes, lo he visto en scale-ups y lo he visto en startups bootstrapeadas: La primera reacción ante una ineficiencia no suele ser salir a comprar software, la primera reacción es:
a. Intentar armar algo con lo que ya se tiene.
b. Soportar.
Entonces, para vender software mientras el compañero Powell sube la tasa, se necesitan incentivos emocionales significativos, vinculados con las sensibilidades ideológicas de la audiencia objetivo y con su proyecto del “yo” (sea “yo, chica linda” o “yo, CFO”).
Pero hoy se mantiene la ilusión de que el decisor B2B y el consumidor B2C no son la misma persona, como si alguien tuviese una psicología doble, y tomara comprarse unos pantalones y comprar software como dos decisiones diametralmente opuestas. Después nos preguntamos por qué los decisores tratan a vendors hipertécnicos y carísimos como si fuesen unos pibes que contrataron para pintarles la cocina.
Una vez le preguntaron a Marlon Brando cómo se preparaba para un personaje. Contestó “no hay personaje, sólo hay líneas en una página.”
Hablando de B2B SaaS, y tomando una postura quizás demasiado intrépida, diría que no hay account, sólo hay consumidores en un hilo de mails.
Nos vemos el próximo domingo,
Aaron
Mientras siga este newsletter espectacular, todo bien loko.