Buenas,
Espero que estés teniendo un hermoso 24 de diciembre.
La canción de la semana es "Last Christmas" de Wham!
La semana pasada, cometí un error. Publiqué mis "23 cosas que aprendí en 2023" dos semanas antes de fin de año, y una semana antes de las fiestas. Debería haberlas dejado para hoy, que probablemente me leas con 2.3 vinos adentro, y ganas de celebrar, no de pensar.
Con esto dicho, espero que la edición anterior te haya sido útil o que al menos te haya caído simpática.
La próxima edición caerá el 31 de diciembre. Voy a volver a vos con "predicciones para el próximo año". No suelo disfrutar de este tipo de contenido en absoluto. Pero no es tanto por una falencia del formato "lista de predicciones", si no por la falta de visión de quienes suelen escribirlas.
Como dije en la edición anterior, es muy importante entender por qué lo que funciona funciona, y dónde hay brechas. Por lo general, las tendencias macro nos van telegrafiando el futuro. El asunto es aventurarse a entender la estructura de los acontecimientos y dónde está "lo que falta". Por lo general, las listas de "predicciones" son un flex trendy que describe el presente, en lugar de aventurarse al futuro. Siempre quedar bien por encima de arriesgar equivocarse. Cosas que pasan cuando no tenés un framework real.
Como fuese, el próximo domingo nos vamos a encontrar con una lista de predicciones.
Para este domingo - uno felizmente anómalo, consideré hacer mis top picks del año. Pero sólo se me ocurrían una película y algunos álbumes que iban a competir por un primer puesto sin significado.
No leo suficiente literatura contemporánea como para elegir "un libro del año" y no me parece correcto elegir como libro del año algún ensayo de 400 páginas publicado en 1975, sólo porque yo decidí arbitrariamente leerlo este año. Sí leí muchos artículos interesantes - pero ninguno lo suficientemente representativo del panorama cultural como para ser "del año".
De todas formas, esta idea de "top picks" no me desagrada. Puede darme algo de motivación extra para "mantenerle el pulso" a la cultura. O mejor dicho, para ordenar mis consumos en función de una mejor comprensión del presente.
Como fuese, aquí les comparto los picks que sí logré.
Película favorita
Por supuesto, vi Barbie y vi Oppenheimer. Y ambas películas me parecieron excelentes. Barbie funciona como película. Es divertida, es ingeniosa, y tiene un arco interesante. También es un buen comentario de época. No quiero explayarme demasiado en esta ocasión. En su momento, la analizaré en profundidad.
Vi Oppenheimer en Imax. No entiendo por qué salió en Imax. No me pareció que tuviera un despliegue audiovisual que justificase ese tipo de lanzamiento. Florence Pugh es una mujer hermosa, pero ¿Imax para esto? Me parece un exceso.
Pero bueno, también vale la pena considerar que no soy particularmente pro-Imax. Vi una película en Imax por primera vez este año. Se trató de la pésima Avatar 2. Durante toda la cinta tuve problemas fijando la vista en un punto. Y entre Papyrus y la pantalla de 6 pisos, leer los subtítulos me resultaba imposible.
Como fuese, Oppenheimer también me pareció una gran película.
De todas formas, y pidiendo las disculpas correspondientes, mi película del año es Skinamarink. Dato de color: Vi Skinamarink en el Showcase de Haedo - porque la película, a pesar de ser un art film, tuvo un circuito de distribución mainstream en casi todo el mundo Occidental.
Este circuito de distribución ambicioso, sumado a nulos esfuerzos publicitando o contextualizando el film, llevaron a que una audiencia de nenazos de 14 añitos se encontraran atrapados en una sala de cine, frente a una película frustrante y lenta, que no estaban preparados para entender. Verla en el cine fue una fortuna, pero también fue una molestia. El film es atmosférico y requiere una sala, pero andá a verlo con la B metropolitana de Fortnite gritando y tirando pochoclos.
Algo afortunado: Había menos de 30 personas en la sala. Si sos - no sé, sobrino de Grobocopatel, y está dentro de tus posibilidades agenciarte una sala de cine exclusiva para ver el filme con un par de amigos, te recomendaría hacerlo.
Skinamarink quizás sea una de las mejores películas de terror que vi en mi vida. Y entiendase, vi y/o revisité 61 películas de terror, sólo este año. Es una película aventurosa y cruel, que logra vulnerarnos y posicionarnos en el headspace de un niño de corta edad, para luego victimizarnos y confundirnos. Es el coup de grace del terror analógico nacido en internet. Después de esto, ¿Para qué seguir intentando?
Nota: Voy compilando las películas de terror que miro en esta lista.
Álbum favorito
Mi álbum favorito de 2023 es 10,000 Gecs de 100 Gecs.
Quizás 100 Gecs sea de los pocos consumos que comparto con los zoomers más jóvenes.
En cuanto texturas y memética, es una banda sin parangón, y 10,000 Gecs es un follow-up ambicioso, que suma lo que 1,000 Gecs and the tree of clues hizo bien, ampliando su caja de herramientas y tomando un mayor control de su sonido. Es como si estuvieran aprendiendo a montar el tigre, manteniendo el sentido del humor que los hizo tan entrañables.
Algo que vale la pena mencionar, si bien no afecta la calidad del disco: Aunque parezca mentira, 100 Gecs no toca con una banda en vivo. Esta no es una miopía presupuestaria compensable, es una atrocidad y resta muchísimo a sus conciertos.
De todas formas, este album es impresionante. Quizás 100 Gecs esta sea la banda de rock más joven y genuinamente innovadora activa hoy.
Mis canciones favoritas del álbum son: "Hollywood Baby", "757" y "One million dollars" & "mememe". Dirás "Pero Aaron, esa es casi la mitad del álbum". Exacto.
Nos vemos el próximo domingo.
Feliz navidad,
Aaron