Colapso total
Muerte por escala, retorno a la presencialidad, neo-nazis en Substack, y por qué me encanta Knives Out.
¿Qué tal?
Espero que estés teniendo un gran domingo.
Inspirado por un typo, consideré titular esta entrega como “Colapso Toto-al”, pero:
Habría sido completamente off-topic.
No quiero alienar a mis lectores macristas - a quienes respeto mucho en lo personal, a pesar de sus gravísimos errores.
Mi canción de la semana es “anything” de Adrianne Lenker:
Antes de comenzar, tengo algo que promover.
Nuevo servicio: Reducí los riesgos de invertir en SEO
En ediciones anteriores, prometí que este newsletter siempre sería gratuito. Voy a mantener esa promesa. Me parece lo correcto y lo conveniente. A cambio, voy a usar el espacio entre la introducción y el contenido para promover algo. Y probablemente ese algo esté vinculado a Postdigitalist o a alguna marca amiga. Mi condición principal es que se trata de una marca en la que creo. Fin.
En Postdigitalist lanzamos un nuevo servicio destinado a fundadores de startups que no tienen los recursos o el background para sentirse seguros invirtiendo en SEO. En lugar de ofrecer costosos retainers sin análisis previo, dedicamos dos semanas a entender los objetivos y el contexto de tu marca. Luego, diseñamos un plan de acción personalizado.
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Ahora sí, comencemos.
Escalan’t
SaaS está muriendo, y una segunda época de oro de los consumer electronics lucha por nacer: Ahora es tiempo de fundiciones.
Me resulta hasta tragicómico que tantas startups mueran porque la escala de capital les demandó una escala comercial imposible. Este fenómeno, por supuesto, no es exclusivo al B2B SaaS vernáculo. Es lo que mató a VICE.
Pero también es lo que mató a Airplane, una startup de software para construir software, que tuvo una serie B de 32 millones de dólares.
Airplane fue “acquihired” por Airtable. Es decir, su equipo fue contratado por Airtable, pero el producto murió. Como bien plantea Adam Keesling, probablemente esta adquisición no haya involucrado una salida a liquidez.
Tomando a Airplane como caso de estudio, Keesling apunta tres cosas interesantes:
En 2024, si no hay profit, una salida a liquidez va a ser rara.
Vamos a ver muchos acquihires similares. Pero la enorme mayoría de los equipos no lo valen. De todas formas, podemos razonar que si dudas del producto (no deberías!!! no deberías!!!), al menos deberías creer en el equipo.
Va a haber un panorama muy positivo para las startups lucrativas, incluso si escalarlas va a demandar una inyección de recursos.
¿Qué te recomiendo?
No tener un apetito más grande que tu estómago, no caer en la trampa de la “soluciones horizontales”, y hacer todo lo posible para diseñar una categoría. Si querés capital a escala, vas a necesitar impacto a escala - y la mayoría de las startups, especialmente en B2B SaaS, nacieron para quedarse en una vertical.
Esto no es malo, para nada. Si me hacés decidir entre recibir $200M de funding y tener un negocio bootstrapeado y profitable con un ARR de $1M, me quedo con el millón anual. Ni siquiera me lo cuestiono. Fin. Lo charlaré entre cervezas con quien tenga que hacerlo, pero profitability is king.
Camp Commie
¿Para qué mentirte? Estoy bullish en lo cultural, tanto a nivel local como a nivel internacional.
A nivel local, siento que el invierno cultural ocasionado por el trap está llegando a su fin. Principalmente porque se está agotando, y todavía no apareció un genio que le compre una sobrevida dandole una vuelta de rosca. Y en el frente externo, siento que el fracaso de Marvel y el boost en publicidad y recursos a ciertos auteurs puede estar sirviendo como primer estertor de un retorno a las costumbres.
En materia artística, hoy apuesto a cierto reaccionarismo bien entendido - que pretende volver a “cómo se hacían las cosas antes”, contra un modelo de precarización que lastima al grueso de la cadena productiva. Parece mentira, pero lo reaccionario hoy sería un cine con sindicatos fuertes, y una industria musical en la que los ejecutivos tiran guita y dejan hacer.
Sobre este segundo punto: Quiero volver a algo a lo que Frank Zappa ya quería volver.
Como fuese, continúo con el cine y comparto un consumo. No me importa lo que digan, me gusta mucho la saga Knives Out. Tanto la original como su secuela me resultan adorables. Es cine tonto y bien hecho. Es cine de los 80s.
En ambas cintas, tenemos a un héroe gay sureño que ayuda a una heroína “diversa” (detesto tener que verlo mediante este lente) a hacer justicia dandole su merecido a un montón de bufones de clase alta hipócritas, vagos, parasitarios y obsecuentes. Esto podría ser interpretado como “un mensaje anticapitalista”. Y lo es. Pero no me lo tomaría demasiado en serio. Son críticas al capitalismo, no propaganda comunista.
Especialmente en Argentina, un país en el que el Macarthismo surrealista ya ganó, tenemos que rechazar las lecturas amarillistas del arte. Knives Out es una serie de películas cómicas con tramas muy bien diseñadas, personajes estereotípicos pero encarnados por actores brillantes, y arcos narrativos que te dejan sintiendote bien. Películas de domingo que no son basura, cine para ser feliz, que me da ganas de adoptar a dos pibes y a un labrador.
Terminó la pandemia, ¿Hora de servir?
El término “servir concha”, traducción del slang gay “serving cunt” me resulta extremadamente gracioso. La primera vez que lo escuché, me indigné un poco. Pero creció en mí, y ahora acuso a mujeres de mi entorno de tan aparentemente obsecena práctica con una regularidad que indigna.
Como fuese, este asunto de “servir…” viene al caso de la pasarela de Prada de ayer.
Bajo la dirección creativa de Miuccia Prada y Raf Simons, la colección F/W 24 masculina de Prada tuvo gran diseño de set, pobre diseño de indumentaria.
Tres observaciones:
El set-up de oficina me marca un cambio de época. Vuelve a materializarse “la oficina” - es azul, y tiene una iluminación poco feliz. Hay dos modos, que se mezclan: “la oficina” y “tocar pasto”.
Nótese también que lo que Glamour llama “la primera gran tendencia de 2024” es el lore de la “Office Siren”.
Sólo viendo la decepcionante pasarela de Prada, diría que necesitamos ya mismo el mainstreaming de un ideal de masculinidad aspiracional. Veo la pasarela de Fendi, y digo “hubo un avance claro en materia de materiales y texturas - pero un retroceso en cuanto a imaginario.”
¿A quién beneficia auto-deplataformearse?
Hace unos días, Plataformer, uno de mis newsletters favoritos, anunció que dejaría Substack.
Esto se debe principalmente a que la acción lenta, tosca e insuficiente por parte de la plataforma para “resolver su problema neonazi”. Casey Newton, autor de la pieza, linkea a un artículo de The Atlantic titulado “Substack Has a Nazi Problem”.
Concuerdo: Es problemático, indeseable y enervante que Substack (y otras plataformas) provean los mecanismos necesarios para que gente con ideologías nefastas difundan y moneticen material de odio. Pero no sé si concuerdo con que auto-deplataformearse sea una solución.
Supongamos que estoy en una fiesta y creo con que mi permanencia en la fiesta tiene beneficios para mí y para otros - estoy reventando la barra y, en el mientras tanto, me cuento unos chistazos. Y de repente, un tipo empieza a comportarse de formas indeseables. Toca inapropiadamente a unas pibas, vomita, intenta agredir a otros… está completamente fuera de sí. Mientras tanto, el dueño de casa está batallando con sus propios demonios, en el baño del primer piso. Junto a un par de amigos, intentamos echar a este tipo. Pero sus amigos pretenden que se quede. Dicen que “no le hace mal a nadie” - tiró piñas al aire, pero sus objetivos estaban demasiado lejos.
En un escenario tan desagradable, tengo dos opciones:
a. Irme.
b. Intensificar mi postura, ir a buscar al dueño de casa, y buscar aliados.
Podría irme, sí. Pero no se siente justo que la gente que está haciendo las cosas bien deje espacios vacantes para los inadaptados. Si fascismo en Substack es fascismo con superpoderes - ¿Por qué no intentar usar la plataforma para hacer antifascismo con superpoderes? ¿Por qué autorecluírse a un stack más taxativo y menos lucrativo? ¿Por qué autoclausurarse la posibilidad de aprovechar network effects? ¿No es socialmente nocivo que “los justos” creen ghettos de los justos, mientras los salvajes te abren los brazos?
Hay quien citará a Audre Lorde y dirá que “no podemos derribar la casa del amo con las herramientas del amo” - pero Substack no es la herramienta del neofascismo. Las herramientas del neofascismo son la obsesión sobre la diferencia, el segregacionismo, y el resentimiento.
Querer deshacerse de Substack porque plataformea a fascistas es como querer sabotear a un ciber porque alguien usó una de sus impresoras para publicar un panfleto criptonazi. Hay que diferenciar herramientas del opresor de herramientas completamente legítimas que el opresor usa porque son buenas.
¿Qué opinas de todo esto?
Hasta el próximo domingo,
Aaron
"These the young executives are more conservative and more dangerous to the art form than the old guys with the cigars ever were. Even if you don't like or understand what's coming in the door, the person who's in the executive chair might not be the final arbiter of tase of the entire population, you know?"
Y después el concepto que tiene Zappa de la música como Music/Musicians as a Service es bárbaro.
Aparte, recomiendo ambos de videos de Patrick H Smith sobre cine de los 80 y como jugaron los productores en esa época, para bien o mal. youtube.com/watch?v=NM0VsX1mdL8
Pero quienes serían estos neofacistas en concreto? Quiero creer que no están llamando a gente como BAP nazi otra vez.