Apostilla sobre la BAF Week
Me permito una edición extraordinaria con algunos párrafos sobre la BAF Week. Espero que sea bienvenida en tu inbox.
La BAF Week (o al menos, lo que vimos de la BAF Week hasta el momento), transcurre en un universo paralelo en el que Argentina realmente es lo que cierta izquierda norteamericana cree que es. Es decir, un etnoestado gobernado por terratenientes germanos y mamás de colegio católico.
En este universo paralelo, la moda existe como el entretenimiento de alguna hija libre o de un empresario Uki Deanesco que podría estar haciendo casi cualquier otra cosa mientras el cashflow dé positivo.
Falta visión, falta pasión, falta pathos e impera una aversión al riesgo en la que se prefiere diseñar un palazzo naranja para ir a buscar a los chicos en el contraturno, que dotar de un sentido de identidad complejo e interesante a una generación de mujeres diezmadas por el lore trapero y los textiles de Avellaneda.
La moda argentina, sobre todas las cosas, le está haciendo un desfavor enorme a las mujeres. Primero les falla como principales consumidoras, inundando el mercado de opciones subpar tanto en manufactura como en diseño, a precios exorbitantes. Luego, privandolas de un espacio donde construír el lenguaje simbólico del yo.
Corrjio un término mal usado hace unos párrafos. El término "etnoestado" es un tanto erróneo en este caso porque no protesto (ni problematizo) la falta de diversidad racial, si no la falta de diversidad sexual. O mejor dicho, faltan gays.
¿Alguna vez vieron a un twink gerenciar un Starbucks, un McDonalds o un Burger King? Si la respuesta es "no, pido por delivery" y el pedido te llegó en menos de 30 minutos, felicitaciones: Un twink hizo eso.
Revelo un detalle sobre las consecuencias psicosociales de mi propia sexualidad: Cuando uno no es una mujer, y sus impresiones sobre los senos tienden a lo anecdótico, tiene que buscar razones reales para que las mujeres (como individuos y como categoría) le agraden. ¿Cómo van a existir las mujeres en mi universo, si no como in-group y no como compañeras de vida romántica?
Muchos gays a lo largo de la historia han apreciado y asistido la capacidad de las mujeres de autoficcionalizarse. Para ponerlo en términos zoomer, de "venderte un lore". Esta capacidad de autoficcionalización es la fuerza vital de la industria de la moda. Creamos herramientas para que la gente en general (y las mujeres en particular) cuenten historias sobre sí mismos.
Dejá sólo a mujeres cishet en la moda y vas a tener la BAF Week. Una especie de ejercicio de bricollage en el que nos juntamos a hacer ropita para ir a la Bresh, a buscar al nene, o a las dos. No imaginamos un mundo otro, que alguien pague por una remera del peor algodón que tocaste en tu vida a $45k es más que suficiente. #moda #nosvemosenaltopalermo
Dejá sólo a hombres cishet en la moda y vas a tener una de las escenas más bizarras de mi adolescencia. Tenía unos 16 años, estaba caminando con mis amigas del secundario por Palermo. Era tarde. En una esquina acababa de abrir un negocio de lencería, comandado por unos 4 hombres altos y fornidos que, borrachos de champagne, salieron a la puerta para invitar a mis amigas a pasar.
Ahora bien, ¿Pretendo discriminar a los heterosexuales? Por supuesto que no, tengo muchos amigos heterosexuales.
Pero, si lo necesitás, me retracto: Ha habido grandes diseñadores heterosexuales (¡mirá lo que tengo que aclarar!), desde Virgil Abloh hasta... otros. No estoy pensando en un tokenismo en el que tiene que haber putos en lugares. Por supuesto debe haber putos detrás de la realización del BAF Week. Pero, ¿Tienen control real sobre algo? ¿Quién está escribiendo la narrativa? ¿Quién impone esta falta de visión? ¿Dónde está nuestro McQueen?
Es extraordinario que no haya moda seria en Argentina, siendo un país con características socioculturales tan particulares y dignas de explorar. Todo es la copia de una copia de una copia.
Potencial explicación: Sólo nepobabies llegan a tener cuña en la moda argentina. Y como buenos nepobabies, no saben y no les importa aprender.
“se prefiere diseñar un palazzo naranja para ir a buscar a los chicos en el contraturno, que dotar de un sentido de identidad complejo e interesante a una generación de mujeres diezmadas por el lore trapero y los textiles de Avellaneda”.
Cross.
Necesitamos más putos, as always. Occidente no va a renacer sola.
Sumado a lo de los nepo babies, puede ser que el proteccionismo textil argentino impida que nuevos actores/grandes diseñadores manden a hacer excelentes producciones a Vietnam. Si cualquier verga ya está más cara que en New York, agregarle costos de buen diseño hace que se torne imposible competir y sea más barato importar ropa de lujo que hacerla. Pero bueno, eso a ojo. No sé si me explico. Abran las importaciones (?)