23 cosas que aprendí dirigiendo Postdigitalist en 2023
Intentando sintetizar un año de experiencia en 23 ideas que puedas usar.
¿Qué tal?
Espero que estés teniendo un buen domingo.
Hace algunos años (creo, en 2020), hice una lista de “2X cosas que aprendí en 202X”. Este año, retomo la tradición con una lista de 23 cosas que aprendí como Director Creativo y co-fundador de Postdigitalist, durante el 2023.
Creo que estas observaciones van a serle especialmente útiles a quienes administran empresas proveedoras de servicios - pero hay una dimensión humana en todo esto que podría servirte independientemente de a qué te dediques.
Vale aclarar que hay una dimensión de la experiencia que resulta intransferible. Por otra parte, odio los aforismos. Con estas dos consideraciones en mente, espero que este mensaje te resulte valioso.
La canción del día está en mi top 10 de canciones de todos los tiempos, y es “Monolith” de T. Rex:
23 cosas que aprendí en 2023
El mayor daño que te hacen la ansiedad y la paranoia es enseñarte a ignorar corazonadas. Sabés cuando un miedo “se siente en la cabeza” y cuánto “se siente en el estómago”. Si se siente en la cabeza, tomate un negroni. Si se siente en el estómago, empezá a “resolver”, como dirían las chicas.
Hay una diferencia entre entender la arquitectura que debería tener la solución a un problema y necesitar ayuda para resolves los tecnicismos de esa solución. Muchas veces, se le dedican recursos a una solución, sin terminar de entender la forma que debería tomar.
Tenés que saber para qué estás haciendo las cosas. No es necesario que lo comuniques, pero no podes mentirte sobre tus motivaciones reales.
Si sentis una suerte de ruido ambiente de sufrimiento todos los días, tan sutil que no es paralizante, pero molesto y constante, está ahí para recordarte que no estás siendo consecuente con tus motivaciones reales.
No deberías copiar lo que otros están haciendo, en una carrera desesperada por “no quedarte atrás”. Entendé por qué lo que están haciendo funciona y buscá brenchas y falencias que puedas aprovechar.
No te matan los contratos chicos, te matan los contratos chicos que te fuerzan a ir a pérdida. Cuidá la relación guita-scope y vas a estar bien.
Trabajá tan cerca de los tomadores de decisiones como puedas.
No estás administrando un taller de bricollage, enfocate en objetivos.
Todo el mundo es “relationship-focused”, pero con la “relationship” no alcanza. Tenés que forjar una relación de calidad, pero esa relación tiene que serle funcional a lograr un objetivo común.
Cerrá todos los programas que no tengan un ROI trazable y tangible. Minimizá los long shots.
No estés en estrella.
Escuchá a los demás. Si no por lo que te aportan, hacelo para entender el lenguaje que están usando para explicarse las cosas a sí mismos.
Si tenés producto, el siguiente paso es forjar una categoría.
La legibilidad no sirve si no hay legibilidad de la propuesta de valor. No significa nada que se entienda el servicio, si no se entiende la transformación que produce.
Pocas cosas son tan poderosas como negarse a griftear. Cuando te negás a griftear, empezas a jugar un juego propio e ingresas en una dinámica en la que te es fácil crear una categoría.
El cliente te está telegrafiando sus expectativas todo el tiempo.
Tu laburo consiste, principalmente, de saber interpretar esas expectativs de una forma que propicie el éxito de la empresa.
No inviertas recursos en hacer cosas que el cliente no te pidió y que no responden a sus necesidades, si no a vanidades tuyas.
Tenés que anicharte en algo que le importe al cliente. Si cuando planteas tu anichamiento, el potencial cliente es tan propenso a convertir como antes, ese anichamiento es un fetiche, no una decisión comercial real.
Es preferible anicharte por problema que resolves o por user persona que anicharte por sector - a menos que haya algo inherente al servicio que fuerce ese anichamiento. Por ej., si tu servicio sólo tiene sentido en un sector determinado.
No busques constuir una audiencia de fans de la marca, siempre comunicá desde el rol muy discreto pero muy importante que vas a ocupar en la vida/la organización del otro.
Tu mayor capital es el autorrespeto. Si no te construís desde un lugar de autoridad e independencia, no vas a ser percibido como un par valioso, sino como un inferior. Y eso va a forzarte a ir a pérdida, vas a dar el brazo a torcer ante mal feedback que sabotea tu trabajo, y vas a terminar resintiendo al cliente.
Entendé fundamentals perennes, no sólo “best practices”.
Nos vemos el domingo próximo,
Aaron